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Realmente el esplendor de la Naturaleza se manifiesta permanentemente en un sinfín de colores que lucen por doquier, multiplicándose sin cesar, en la paleta del Creador. A los ojos de un físico, el color blanco es solo la síntesis de tres colores básicos: azul, amarillo y rojo. Estos, a su vez, combinándose entre sí, dan otros tres: morado, verde y anaranjado. El ilustre Newton dividió esquemáticamente el espectro de refracción que dan los prismas en siete colores, sin duda con el deseo pitagórico de utilizar un número primo y, por otra parte, esotéricamente célebre. Para ello, tuvo que dividir la combinación de los colores rojo y azul en dos: índigo y violeta, según que predominara en la mezcla el uno y el otro. Pero la Física enseña también que los colores de ondas electromagnéticas transportadoras de energía actínica, cuya longitud de onda da las variaciones cromáticas, algunas invisibles para el ojo humano. Si en lugar de un físico, contara los colores un contable, tendremos que a los siete colores del arco iris habrá que añadir el blanco, el negro, el marrón y el beige, dando un total de 12 colores. Pero, en realidad, este número no responde a nada, porque la cantidad de matices es muy superior. Gracias al espectrofotómetro, que por medio de un ojo electrónico permite clasificar los colores, un especialista de Eastman Kodak, a partir de los colores básicos, ha podido computar unas 30.000 combinaciones posibles. Tampoco esta cantidad es muy significativa puesto que se estima que pueden existir 20 millones de colores diferentes.
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jueves, 17 de mayo de 2012
1. Esplendor de la naturaleza
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